jueves, 8 de marzo de 2007

El Petiso Orejudo




En la prisión de Ushuaia vivió durante una temporada un individuo pequeño (eso quiere decir petiso) y orejudo.


Según explicaba nuestro excelente guía, el tal petiso se dedicó a matar niños en Buenos Aires a principios del siglo XX. A un niño, tras ahogarlo, le clavó un clavo en la cabeza.


El tipo solía ir a los velatorios de sus víctimas. Le descubrieron cuando, en el de su último cadáver, se sorprendió al no encontrar el clavo en el cráneo.


Morboso, ¿eh?


Por aquéllos tiempos, abundaban curiosas teorías sobre la relación entre los rasgos físicos y el comportamiento de los individuos.


Un doctor de origen italiano atribuyó el carácter asesino de nuestro Petiso a sus dos "anomalías": un gran pene y unas grandes orejas.


Para "alterar" este comportamiento, el médico creyó que bastaría con operarle estos rasgos físicos. Y le operaron las orejas.


Sí. Al parecer sólo las orejas. El guía no ha dicho nada de... lo otro.


PD 1: en cuanto pueda colgar fotos, lo haré (ahora tecleo en un pc de esos "capados" - sólo para navegar por la Red - en lo que no se puede conectar la cámara de fotos, tampoco introducir diskettes ni CDs)

2 comentarios:

Miss Julie dijo...

Te recomiendo el libro del argentino GIARDINELLI, Final de novela en Patagonia. 1999.

Unknown dijo...

Grazie, ahora estoy con el de Chatwin "En Patagonia".

Tiene buena pinta, ¿de qué va, Miss?